¿Qué ves en tu espejo? (episodio 6)

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Transcripción

¿Sabes qué? Hace unos días me desperté con con una pregunta, haciéndome una pregunta.

No es habitual, si te digo la verdad.

Normalmente me despierto un poco con con el ritmo del cuerpo, despierto temprano para despertarme con calma y bueno, estoy más pendiente de tomarme el café, despabilarme… de ver las cosas que debo de hacer ese día, la vida práctica, ¿no?

Eh, pero claro, hace unas días me pasó que en vez de pensar en la vida práctica, antes de abrir los ojos, me saltó una pregunta que era… si me reconozco.

Y lo primero fue que dije ¡joder! no puede ser que esté yo pensando en estas cosas tan temprano en la mañana. Digo ¡que estrés, por favor! ¡qué estrés! en fin…

Se dio. Se dio eso… si me reconozco, la pregunta. Después se dio la otra: Si lo que veo ahora mismo en mí, eh, me enorgullece. Si estoy orgulloso del que soy ahora mismo.

Y tú pensarás “bueno, de pronto, cuando el río suena agua lleva” ¿no? No sé si era así el dicho.

Pero el caso sí, que de pronto dirás bueno “pues tenemos sentimiento de culpa porque estás haciendo una cosa que no te corresponde porque es una cosa que no estás contento”… ticki, ticki…

Pues, mira, no. No exactamente.

Porque es verdad, como dice ese esos dichos que hay por internet, de que un río nunca es igual, porque siempre el agua que pasa es diferente. También habría que ver si esa agua, que va pasando, esas circunstancias que van pasando en tu vida, te hacen ser la mejor persona, o la versión mejor versión de ti. Ese esa agua que viene, aunque no sea igual, si es buena o no.

Y y claro, eso es lo que yo me pregunto ahora mismo. Y por eso te lo digo, por eso lo verbalizo contigo. Porque es verdad que hay cosas que de las que me siento muy orgulloso, yo personalmente. De mí, de lo que he hecho y como he llegado aquí hasta ahora. Pero hay otras en las que no. Y pueden ser algunas un poco triviales, pueden ser otras un poco más profundas:

Decisiones, situaciones, cosas a las que he dicho que sí, personas a las que he dicho que sí, y automáticamente al decirle sí a ellas, pues me he dicho no a mí mismo.

Y eso con el tiempo, claro, me da que pensar porque cuando veo esas decisiones, digo mira por, por decir esto, por decir este sí que en realidad era no, todo lo que ha padecido todo lo que ha sucedido, cómo se deterioran a las relaciones, cómo me deterioro yo.

Y digo wow, wow… hay que aquí hay que hacer aquí algunos arreglos. Y esa es la cosa, esa es la cosa. Y por eso te lo cuento así. Porque no sé, espero que no te llegue a las seis media la mañana, la preguntita, preguntita de marras…

Pero que si te llega la pregunta, no la evadas, no la quites del camino. No la evites.

Porque eso —a mí por lo menos— cuando he evitado este tipo de cosas, se hacen más presentes. Es como el elefante dentro de la habitación ¿no? Una gran pregunta que te estás… te está siguiendo, te está persiguiendo y a la que no quieres enfrentarte.

Y claro cuando va pasando eso, y tú vives en tu soledad, en tu vida normal, si eres una persona soltera, pues tú dices “esto no le afecta a nadie”…

Pero qué hay si de pronto, esta pregunta de “si me reconozco” y si soy ¿no? soy la la persona que me gusta ser, te pilla en pareja, te pilla en compañía, te pilla en familia.

Ya tus decisiones no son individuales, ya, eh… Hacen que otra persona le influya el si, el no.

Y yo creo que depende del caso, —ahí, yo no soy nadie— tú sabes que yo siempre digo que yo no soy nadie pagar consejos… Pero sí se me ocurre, que primero te respondas tú tus preguntas, luego, si esas preguntas llegada la respuesta, eh, pues necesitan que sean escuchadas por las personas que te importan, sea tu familia, sea tu pareja, sea quien sea… lo digas. Porque… se hace tanto daño, cuando, cuando evita estas situaciones, se hace tanto daño por porque además, la otra persona a poco que tengas una relación cercana, se da cuenta de la incongruencia o se da cuenta de que no eres feliz.

De que de que de pronto, si estás en una relación, eh, amorosa, esa persona dice no quiere estar conmigo, seré yo. O sea, generas tanta mierda que yo te diría que de verdad intentes, primero responderte tú lo que necesitas responderte. Luego ser sincero, abrirte de corazón, ante tu memento en ese memento vital en el que estás, y que lo que lo puedas contar a las personas que le importa.

Yo creo que si algo tiene esta pregunta de potente, es que te hace ver también, que todo lo que tú hagas siempre influye en los demás, y a veces siendo el primero en hacerlo, ayudas a que otras personas también se hagan esas preguntas y sobre todo, las resuelvan.

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