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Transcripción
¿Qué tal se te dan las plantas? ¿Se te dan bien? ¿Se te dan fatal?
O has logrado una maestría tal que tienes un vivero en tu casa?
Bueno, yo te cuento de mí.
No se me mueren. Y ya con eso me doy por súper contento.
…Y esta afición por las plantas la llevo teniendo a aproximadamente un año casi dos. Y ha sido una sorpresa, porque yo no tenía cuando era más joven o tenía planta. No lo veía importante en mi vida.
Una vez intenté tener pero al final se me murieron y demás. Y lo he vuelto a retomar como una afición, una afición silenciosa, que un día compras una conecta contigo su forma, como como es. Dices oye, pues creo que esta planta se puede dar en casa y a lo tonto, bueno, pues, hay unas cuantas las suficientes como para dedicarles un tiempo a la semana y tenerlas en cuenta y hacer un memento como de break, no, en el día a día.
Y al hacer ese memento de break, es una forma muy sencilla de conectar con uno mismo, porque te das cuenta cuando lo haces de manera pausada y un poco disfrutando el momento, te das cuenta también, pues, como eres tú.
Y a veces cuando hablo de plantas con la gente, así con cercano, es amigo personas que voy conociendo. Me resulta muy curioso, cuando digo que bueno, que se me dan bien las plantas y me dicen —“pues a mí se me dan fatal, es que las riego y se me mueren” y es el momento en donde le suelo decir “regar, no es amar”.
Y y claro, esto es básicamente porque el echo de ponerle mucha agua, de ponerle constantemente agua a la planta sin que te lo pida, sin que tú notes que realmente la necesita, lo que hace es matarla.
Y no puedo evitar, siempre que conversamos en de este tipo de cosas de las plantas y demás y de este tipo de aficiones, no puedo evitar decir que esto también se traslada a la vida personal y que de alguna manera, como tratamos a las plantas, también tratamos a los demás.
Y si algo tienen en común mis plantas y yo, es que somos bastante independientes, no nos gusta que nos sobre protejan o que nos nos llenen de atenciones. Nos gusta que nos dejen vivir, cuando nosotros demos señales de necesidad, las daremos.
Y de esta conclusión, así que te parecerá una una tontería, una frikada, pues esta conclusión es bastante interesante, sacarla cuando tú vas viendo qué tipo de plantas tienes en casa y también cómo eres tú y las personas que están a tu alrededor.
Aparte de describir mucho de cómo eres tú y cómo concibes las relaciones, también te te puede dar toques de atención de qué es lo que debes y de lo que no debes hacer.
Porque cuidar plantas no deja de ser una forma de comunicarte. No deja de ser una forma de entender a una cosa que está allí, que no, te ha pedido venir, o sea, que no ha pedido venir. Pero sin embargo, está a gusto de estar en tu casa y te lo demuestra simplemente creciendo. Yo creo, que eso es muy bonito, si se ve desde ese punto de vista.
Y a mí con las relaciones, me pasa eso. Que me gusta que cada uno tenga su espacio. Que cada uno viva. Y básicamente cuando necesitamos algo pedirlo ¿no?
Y esa conclusión así, tan curiosa, me gusta visualizarla y contártela, porque de alguna manera te puede echar a una mano, primero, entender las plantas que tienes en casa cuando regarlas, cuando no, más allá de la parte técnica y de buscar muchísimas cosas en internet.
Y por otro lado, también te puede decir, pues, qué tipo de relaciones quieres tener. Cómo te gusta que te traten.
Y es una forma de terapia, por decirlo así, donde siempre lo que hago, por lo menos en mi caso, es intentar conectar conmigo, para encontrar respuestas.